La Leyenda Urbana del Yogur

Recientemente se ha popularizado el consumo de yogur como regulador de nuestro tránsito intestinal para así combatir el estreñimiento o bien para bajar de peso.
Todo esto se ha conseguido gracias a la difusión de los milagrosos resultados de unos bichitos llamados lactobacilos que, al parecer, se encuentran inmersos en algunos yogures.
Pero, ¿qué son los lactobacilos? Pues se tratan ni más ni menos que de unas bacterias que ya residen originalmente en el intestino humano. Cabe recordar además que nuestro organismo está dotado de un sistema de defensa que se encarga de batallar contra bacterias y virus procedentes del exterior, encontrándose ya en primera línea de combate los ácidos gástricos, los cuales acabarían con la mayor parte de los lactobacilos del yogur nada más caer en nuestro estómago.
Pero, ¿y si a caso estos bichitos son capaces de sobrevivir a nuestros mecanismos de defensa? Al fin y al cabo parece ser un hecho que para muchas personas resulta efectivo…
Debemos tener presente que cuando alcanzamos la edad adulta nuestro cuerpo disminuye la creación de lactasa, una enzima que se encarga de descomponer la lactosa, que no deja de ser el azúcar de los productos lácteos. Esto ocurre por una simple razón que puede llegar a sorprenderte, y es que la leche no es necesaria cuando somos adultos.
El yogur contiene gran cantidad de lactosa, por lo que, si ingieres mucha cantidad de éste, nuestro organismo no será capaz de digerirlo adecuadamente, lo cual derivaría en un caso de “diarrea ligera”. Será esta ligera indigestión la que puede llevarnos a confusión y hacernos pensar que realmente hemos “curado” nuestro estreñimiento.

En resumen, es importante no dejarnos contaminar por informaciones externas sin antes corroborar la veracidad de éstas y no olvides que nuestra mejor fuente de información será siempre nuestro propio cuerpo.

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